martes, 27 de noviembre de 2007

Las cosas, claras

“Dejame cogerte”. Esa fue la respuesta de una de mis últimas salidas cuando tuve los ovarios para contarle. Me miró muuuuuy tierno y siguió: “vamos a un telo”. ¡Uy, qué divino, vamos ya!, fue lo menos que pensé. Igual, terminamos en el faro en el asiento de atrás porque virgen sí, pero frígida no. Encima, el tipo se ve que confundió ‘virgen’ con ‘pelotuda’ porque mientras metía el auto para el faro, me pregunta: “ta, sabés a dónde vamos, ¿no?” (y espero que ustedes no estén esperando respuesta…).
De más está decir que esa fue la última salida. Al acontecimiento le siguieron invitaciones y cancelaciones. Nene, no quería un novio, quería una salida cada tanto y, andá a saber, en una de esas terminábamos haciéndolo (porque ganas no me faltaban). Ya sé que me dejaste de llamar por virgen, es una de las pocas veces que sé explicar por qué dejo de salir con alguien.
Así que nada, eso es algo que muchos suelen confundir a menudo. A esta altura no exijo un novio que conozca a la familia, me compre helado o me use el cepillo de dientes. No. Solamente quiero un tipo con el que tenga piel (mucha) y con el que pueda mantener una conversación inteligente, porque si no, ya hubiera contratado a un sex toy.
Para evitar futuras repeticiones erradas, atención hombres que estén leyendo: una es virgen, sí, pero no es frígida y mucho menos pelotuda.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

PRI!!! de nuevo, uia, me perdí un post, eso te pasa por no visitarme seguido... ahí lo leo

Anónimo dijo...

Andá, de virgen vos tenés las orejas nomás...

tan versátil como acústica dijo...

me parece una buena diferenciación, tanta mujer hay poco virgen por la vuelta que se cree poco pelotuda sólo por haber perdido esa condición... yo diría que es doblemente pelotuda, por ser pelotuda, y por creer que podrá evitarlo si se apresura.

tan versátil como acústica dijo...

te felicito por el perfil que tomó este blog. creo que hablas de un tema que te pone en el peligro de la vulgaridad, y lo esquivás muy exitosamente.

tristemente tengo que admitir que lo antedicho me lleva a comprender qué cosas pudieron llevarte a permanecer virgen, y lo digo con toda la verguenza que un ser humano puede tener por su condición.

Nunca le vi la cara a Dios dijo...

Tomás: no lo gritamos a los cuatro vientos por puro orgullo. Pero charlas y charlas sobre el tema, con mucha carcajada de por medio, nos trajeron hasta acá. Y de verdad, posta que somos vìrgenes. No somos como Wanda Nara apelando a esto como estrategia para la fama -hubiéramos publicado nuestras fotos y verdaderas identidades-.

Andrea: gracias. A veces sí nos sentimos medio pelotudas, pero ya nos dimos cuenta de que cuando estás metida con un tipo podés llegar a hacer mucha pelotudez junta, seas o no seas virgen. Nosotras nos caricaturizamos mientras hacemos la cuenta regresiva -porque tampoco queremos que esto dure mucho.

¡saludosssss! (Sarita Kein)